Futurismo italiano
Surgió en la Italia de principios del siglo XX, impulsado por el poeta Filippo Tommaso Marinetti, quien redactó el "Manifeste du Futurisme", publicado el 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París. Propugnaba las ideas de velocidad, violencia, fuerza y maquinismo, con una estética nueva. Se basó en valores diferentes, entre los que se destacan la exaltación de la originalidad, las formas en movimiento (tiempo, velocidad, energía, fuerza), la representación del mundo moderno, las ciudades y los automóviles, su bullicio y dinamismo, así como máquinas, los deportes, y la guerra. Se valora el uso de formas y colores para generar ritmos, la multiplicación de líneas y detalles, semejantes a la sucesión de imágenes de un caleidoscopio o una película.
Este movimiento incluyó poetas, escritores, escultores, fotógrafos, cineastas y pintores, que aunque trabajaron muy poco juntos y durante muy poco tiempo, tuvieron gran trascendencia. Si bien su talante como movimiento es italiano, artistas de muchas otras partes se fueron sumando, teniendo relación con el cubismo y algunas otras corrientes contemporáneas.
El Fascismo italiano tomó algunas de las propuestas del futurismo como suyas, y el mismo Marinetti fue seguidor e ideólogo de Mussolini (fue autor del Manifiesto Fascista, escrito y publicado en 1919), lo cual no le granjeó simpatías en ciertos grupos intelectuales del período entre las dos guerras.
Marinetti - La ciudad en movimiento, la ciudad que se levanta
Antonio Sant'Elia - "Ciudad nueva" (1914)
Giacomo Balla - "Velocidad de Automóvil + Luz + Rumor" (1913)
Roberto Baldessari - Locomotora a velocidad
El movimiento futurista influyó en el arte de la Revolución bolchevique, cuando la maquinaria industrial o la aviación se convirtieron en iconos para los vanguardistas rusos.