Inspiración en la Naturaleza

El mundo natural fue una inspiración central en el modernismo, manifestándose de diversas maneras. 

Quizás impulsados por la migración urbana masiva, los diseñadores modernistas utilizaron formas florales y orgánicas para hacer llegar la naturaleza a la vida moderna. Crustáceos y libélulas, orquídeas y lirios, amapolas y tulipanes: muchos motivos de fauna y flora aparecían en los objetos de cristal, cerámicas, interiores e ilustraciones de libros modernistas. 

El zoólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919) fue un defensor del darwinismo y asesor de la expedición británica Challenger que salió a explorar en entorno de las aguas profundas del mar. La publicación del volumen de Haeckel de 1904, Kunstformen Der Natur, que presentaba acuarelas y dibujos de sus viajes, fue un punto de referencia del género. Estos volúmenes se estudiaron no solo en las escuelas de arquitectura y bellas artes de Europa, sino también en escuelas de diseño industrial de todo el continente. Su influencia llegó a las ciudades más importantes de Europa, como Viena y Budapest (por aquel entonces parte del imperio austrohúngaro). 

Los artistas y diseñadores modernistas, como Emile Gallé y Georg Hirth, editor de Jugend, hicieron referencia explícita a las ilustraciones naturalistas. Inspirados por estos exquisitos dibujos botánicos, los diseñadores modernistas trasladaron estos motivos a libros de referencia de diseño. Algunos de los mejores ejemplos los produjo el artista nacido en Suiza Eugène Grasset (1845-1917), así como uno de sus alumnos, Maurice Pillard Verneuil (1869-1942).

Los animales, y los pájaros en particular, se usaron a menudo como motivos decorativos en el modernismo. Las mariposas y las libélulas eran animales muy decorativos por sus alas con filigranas, mientras que los pavos reales resultaban atractivos debido a su plumaje espectacular y colores deslumbrantes.

La aparición del japonismo desempeñó también un papel importante, con artistas modernistas y japoneses adoptando el uso de libélulas y grullas. La conversación intercultural quedó ejemplificada con la magnífica Peacock Room (1876-77) de James McNeill Whistle, quien pintó una serie de paneles en una rica paleta unificada de brillantes tonos azules y verdes, veladuras y decorados con pan de oro. Está considerada una de las más relevantes muestras de decoración de interiores, ejemplo del estilo anglo-japonés.

"Armonía en Azul y Oro: La Habitación del Pavo Real" 

La forma y movimiento de un cisne, con la curvatura de su cuello y los movimientos fluidos de las ondas en el agua a su paso, pueden verse como un emblema del modernismo.

Walter Crane (1845-1915) - "Diseño sobre muralla de un cisne, junco e Irises" (1893) 

Las criaturas exóticas de las profundidades, en sus formas sorprendentes y a veces surrealistas, ejercieron una potente fascinación en los artistas visuales. Las formas de vida náuticas, como crustáceos, medusas y anémonas marinas, encajaban con las líneas fluidas e intensos colores del estilo modernista. Los artistas también dibujaron analogías entre el misterioso mundo acuático y la mitología de sirenas y ninfas, como se ilustra en la metamorfosis Peces de plata (Hadas acuáticas, Sirenas) de Gustav Klimt de 1899.

El encaprichamiento del modernismo con la naturaleza también abarcó las estaciones y el ciclo de la vida. Las estaciones de Alphonse Mucha (1860-1939) representa a cuatro hermosas mujeres, cada una de ellas ante un contexto natural que evoca el ambiente y colores de la estación. La primavera aparece entre flores y trinos, el verano lleva una guirnalda de amapolas, el otoño cosecha frutos silvestres y crisantemos, y el invierno lleva una capa para protegerse del frío y la nieve.

Los artistas modernistas también exploraron temas más oscuros de la naturaleza, como el ciclo de la vida, la decadencia y la muerte, para crear visiones de intramundos dominados por fuerzas oscuras. El tema del dibujo de Jan Toorop de 1892 "O grave, Where is thy victory?" está tomado de una carta del apóstol Pablo relacionada con la victoria de la fe frente a la muerte. La muerte se retrata como portadora del sufrimiento terrenal. Tumbado cerca de una tumba abierta se encuentra el cuerpo de un hombre enredado en ramas de espinos, lo que simboliza la dolorosa existencia del hombre en la tierra. Dos serafines (ángeles) flotan encima de la tumba y liberan al hombre muerto de estas ramas. 

Jan Toorop - "O grave, Where is thy victory?"  (1892)

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